Los artistas
Max Beckmann
El 'Picasso' alemán en París
El pintor alemán Max Beckmann fue uno de los pilares del expresionismo alemán.
El alemán Max Beckmann es considerado uno de los artistas más importantes del siglo XX en los países anglosajones. También en Francia se le reconoció como uno de los grandes, con una gran exposición del Centro Pompidou de París dedicada en 2002 a este gran exponente del expresionismo alemán, un movimiento de trazos fuertes y emotivos, quizá duros.
Sus cuadros reflejan visiones apocalípticas, crudas imágenes pintadas con colores primarios, cortantes, vibrantes de emoción. Beckmann no tuvo una vida fácil. Angustiado por los hechos y la triste realidad que le tocó vivir, su obra, al ser una forma de expresión tan personal, refleja perfectamente esos sentimientos.
Obsesión por la tragedia humana
Pintura de BeckmannBildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Pintura de BeckmannBeckmann nació en 1884 en Leipzig, a los 16 años inició sus estudios de Bellas Artes en la Academia de Weimar, tuvo importantes influencias de Munch, Cézanne y Van Gogh. Desde muy joven sintió deseos de ensanchar sus horizontes. A los veinte años se trasladó a París, le impresionó la ciudad y una exposición de primitivos franceses que vió, pero mantuvo una cierta distancia con las tendencias de la época y mostró una fuerte personalidad y una independencia, que marcarían toda su obra.
Posteriormente se mudó a Berlín, donde efectuó pinturas de gran formato que justificaron su encasillamiento por la crítica en la corriente 'idealista', en línea con Has van Marées y los pintores simbolistas alemanes. 'Hombres jóvenes al borde del mar' (1905) refleja, por el contraste de los desnudos monumentales y el espacio infinito, la grandiosa fragilidad del hombre frente al poder de la naturaleza.
Tras la muerte de su madre, un año más tarde, el carácter trágico de la existencia humana se convierte en el centro de su obra. De esa época datan sus cuadros de grandes dimensiones inspirados, en gran parte, en los dramas cristianos o de la mitología. Convencido de que 'el realismo dependía del poder de las vivencias y del estilo personal', Beckmann resulta fuertemente marcado por la Primera Guerra Mundial.
Retrata el dolor de los heridos
El espectáculo de la guerra, en la que participa como enfermero, impregna su pintura de un realismo implacable, sacado del caos de las trincheras. Uno de los máximos exponentes de esta línea es 'El Obús' (1915), un cuadro en el que rompe los convencionalismos del momento con sus fuertes y oscuros trazos de los cuerpos y la estructura de la composición para tratar de reflejar la violencia de una explosión y el dolor de los heridos.
En 'La Noche' (1918-1919), Beckmann pinta una terrible escena de guerra y de tortura, en la que trata de reflejar la impotencia del hombre frente a una sociedad que camina hacia la violencia. En los años 20, junto a Otto Dix, Christian Schad y George Grosz, Beckmann se convierte en una de las figuras centrales de la 'Nueva Objetividad', donde el objeto se convierte en el centro de la obra.
Un mundo privado de valores
Naturalezas muertas, paisajes, retratos y escenas de valses,
reflejan una visión más serena del mundo. 'La Pasarela de hierro' y 'Autorretrato como payaso' son las dos obras más representativas de este periodo de posguerra, en el que el tema del circo es recurrente en su creación para representar un mundo privado de sus valores, que obliga a los hombres, confrontados a un vacío interior, a jugar roles de los que son prisioneros.
Con la segunda mitad de los años 20 llegó el reconocimiento para Beckmann, quien se instaló en París para competir con la pintura parisiense más innovadora de Picasso o de Matisse, con sus desnudos o sus naturalezas muertas. A finales de los 30, el Museo de Arte Moderno de Nueva York colgó su tríptico 'La salida' frente al 'Guernica' de Picasso.
El 'Picasso' alemán en París
El pintor alemán Max Beckmann fue uno de los pilares del expresionismo alemán.
El alemán Max Beckmann es considerado uno de los artistas más importantes del siglo XX en los países anglosajones. También en Francia se le reconoció como uno de los grandes, con una gran exposición del Centro Pompidou de París dedicada en 2002 a este gran exponente del expresionismo alemán, un movimiento de trazos fuertes y emotivos, quizá duros.
Sus cuadros reflejan visiones apocalípticas, crudas imágenes pintadas con colores primarios, cortantes, vibrantes de emoción. Beckmann no tuvo una vida fácil. Angustiado por los hechos y la triste realidad que le tocó vivir, su obra, al ser una forma de expresión tan personal, refleja perfectamente esos sentimientos.
Obsesión por la tragedia humana
Pintura de BeckmannBildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Pintura de BeckmannBeckmann nació en 1884 en Leipzig, a los 16 años inició sus estudios de Bellas Artes en la Academia de Weimar, tuvo importantes influencias de Munch, Cézanne y Van Gogh. Desde muy joven sintió deseos de ensanchar sus horizontes. A los veinte años se trasladó a París, le impresionó la ciudad y una exposición de primitivos franceses que vió, pero mantuvo una cierta distancia con las tendencias de la época y mostró una fuerte personalidad y una independencia, que marcarían toda su obra.
Posteriormente se mudó a Berlín, donde efectuó pinturas de gran formato que justificaron su encasillamiento por la crítica en la corriente 'idealista', en línea con Has van Marées y los pintores simbolistas alemanes. 'Hombres jóvenes al borde del mar' (1905) refleja, por el contraste de los desnudos monumentales y el espacio infinito, la grandiosa fragilidad del hombre frente al poder de la naturaleza.
Tras la muerte de su madre, un año más tarde, el carácter trágico de la existencia humana se convierte en el centro de su obra. De esa época datan sus cuadros de grandes dimensiones inspirados, en gran parte, en los dramas cristianos o de la mitología. Convencido de que 'el realismo dependía del poder de las vivencias y del estilo personal', Beckmann resulta fuertemente marcado por la Primera Guerra Mundial.
Retrata el dolor de los heridos
El espectáculo de la guerra, en la que participa como enfermero, impregna su pintura de un realismo implacable, sacado del caos de las trincheras. Uno de los máximos exponentes de esta línea es 'El Obús' (1915), un cuadro en el que rompe los convencionalismos del momento con sus fuertes y oscuros trazos de los cuerpos y la estructura de la composición para tratar de reflejar la violencia de una explosión y el dolor de los heridos.
En 'La Noche' (1918-1919), Beckmann pinta una terrible escena de guerra y de tortura, en la que trata de reflejar la impotencia del hombre frente a una sociedad que camina hacia la violencia. En los años 20, junto a Otto Dix, Christian Schad y George Grosz, Beckmann se convierte en una de las figuras centrales de la 'Nueva Objetividad', donde el objeto se convierte en el centro de la obra.
Un mundo privado de valores
Naturalezas muertas, paisajes, retratos y escenas de valses,
reflejan una visión más serena del mundo. 'La Pasarela de hierro' y 'Autorretrato como payaso' son las dos obras más representativas de este periodo de posguerra, en el que el tema del circo es recurrente en su creación para representar un mundo privado de sus valores, que obliga a los hombres, confrontados a un vacío interior, a jugar roles de los que son prisioneros.
Con la segunda mitad de los años 20 llegó el reconocimiento para Beckmann, quien se instaló en París para competir con la pintura parisiense más innovadora de Picasso o de Matisse, con sus desnudos o sus naturalezas muertas. A finales de los 30, el Museo de Arte Moderno de Nueva York colgó su tríptico 'La salida' frente al 'Guernica' de Picasso.
Joseph Beuys
Joseph Beuys fue uno de los artistas alemanes más conocidos, pero también más controvertidos de la posguerra: sus obras y acciones fueron revulsivos llamados a la reflexión.
Joseph Beuys nació el 12 de mayo de 1921 en Krefeld. Durante la guerra fue piloto. Después estudió escultura en la Kunstakademie de Düsseldorf, donde también fue profesor de 1961 a 1972. En los años 70 y 80 desarrolló actividades en todo el mundo. Sus obras fueron exhibidas en la Bienal de Venecia, el Guggenheim Museum de Nueva York y el Seibu Museum of Art en Tokio. En 1979 se presentó como candidato de Los Verdes para el Parlamento Europeo. Murió el 23 de enero de 1986 en Düsseldorf.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: "La tentación del siglo XX", de Joseph Beuys, expuesta en la "Pinakothek der Moderne", Múnich 2002. Para Beuys, "todo ser humano es un artista", y cada acción, una obra de arte. Con esa concepción ampliada del arte despertó revuelo y desató debates en todo el mundo. Las obras de arte eran para Beuys tan efímeras como la vida. Por ello nunca quiso crear obras para la eternidad, sino dar impulsos para la reflexión.
La grasa y el fieltro
Sus materiales preferidos fueron la grasa y el fieltro. Lo que a primera vista puede parecer arbitrario, en realidad no lo es. En 1943, su avión Stuka es derribado sobre Crimea. Beuys sufre graves heridas, pero vive. Un grupo de nómadas tártaros lo encuentra, inconsciente, y lo salva de la muerte segura untando sus heridas con grasa animal y protegiéndolo del frío con fieltro: una experiencia que marcaría el resto de su vida, como relata en su autobiografía.
Joseph Beuys con su plástica Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Joseph Beuys con su plástica "Parada de tranvía", 1979. Beuys tomó elementos mitológicos, filosóficos, médicos y religiosos en su intento utópico de ayudar a crear una sociedad más humana. Muchos de sus dibujos, plásticas, acciones y conferencias contienen referencias al mundo de la medicina, tanto popular como académica.
En su último periodo creativo, Beuys también analizó intensamente el chamanismo, para el artista una filosofía natural que evoca un mundo originario en el que todos los seres viven en armonía. En ese sentido, Beuys fue un adelantado de su tiempo, ya que veía en el chamanismo un enfoque médico integral, que armoniza a todo el ser: su cuerpo, su espíritu y su alma.
Sus primeras obras
En 1953 presenta sus primera obras, entre ellas su famoso retrato de Leonardo "Gioconodología". El 1961 es elegido en la Academia Nacional de Arte de Düsseldorf catedrático de escultura monumental, donde ejerce la docencia con extraordinario carisma, fascinando a los estudiantes. La enseñanza pasa a ser un elemento central de su teoría artística.
Esculturas de Joseph Beuys.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Esculturas de Joseph Beuys.En 1962 comienza sus actividades en Fluxus, un movimiento neodadaísta que tiene como objetivo difuminar los límites entre las artes. En 1963 comienzan sus acciones: los artistas actúan sobre un escenario ante el público, a diferencia de los happenings, en los que éste es el protagonista. Ese año, Beuys da el primer concierto de Fluxus, con una "Composición para dos músicos" y la "Sinfonía siberiana, primer tiempo", durante la que presenta por primera vez una liebre muerta, lo cual es un shock para el público.
En una caja de naranjas
En 1965, Beuys pasa 24 horas dentro de una pequeña caja de naranjas. Durante la inauguración de la exposición "Beuys... cualquier soga" explica las obras a una liebre muerta. En sus acciones hace confluir prácticas religiosas, rituales, curativas, sociales, científicas y políticas.
En el verano de 1967, Beuys viaja por España con el artista danés Per Kirkeby y visita Manresa, donde San Ignacio de Loyola escribió sus "Ejercicios espirituales". En Düsseldorf, Beuys presenta en diciembre del mismo año "Manresa", sobre la relación mística con el santo durante su estadía en la ciudad catalana.
En 1968 se realiza en Amsterdam la primera gran retrospectiva de Joseph Beuys. En 1970, el artista funda la "Organización de electores, libre plebiscito". En 1972 abre en la Documenta V de Kassel la "Oficina Política Permanente de la Organización para la Democracia Directa a través del Plebiscito". En 1974 tiene lugar una de sus acciones más conocidas, "Coyote, I like America and America likes me", durante la que habita durante cuatro días con un coyote en una galería de Nueva York.
Gerhard Richter
En la cúspide de la fama, el pintor Gerhard Richter acapara aplausos de la crítica, que lo consagra como el máximo exponente de la pintura alemana de la actualidad.
Los críticos se deshacen en elogios al comentar su obra. El periódico The Guardian llegó incluso a calificarlo del Picasso del siglo XXI. Lo cierto es que Gerhard Richter se ganó hace ya tiempo un sitial en la cúspide de las artes plásticas germanas, junto a Sigmar Polke y Georg Baselitz, y es sin lugar a dudas el pintor alemán más exitoso del momento. No en vano la revista Capital lo sitúa en el primer lugar de la lista de todos los artistas vivos en cuanto a los precios que alcanzan sus pinturas: sus obras baten récord en los mercados internacionales de arte, como ocurrió con su "Cuadro Abstracto", subastado por cerca de 4 millones de euros febrero de 2007 en Londres.
Camaleón del arte
''Bote a motor'', de 1965.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: ''Bote a motor'', de 1965."No me gusta hablar de teorías, porque no tengo ninguna", señaló en una ocasión Richter, corroborando lo que dicen de él algunos críticos, que lo han calificado de "camaleón". Los cambios son evidentes al observar su obra en perspectiva. Sus primeras pinceladas las dio el pintor en la RDA, con obras de carácter propagandístico. Pero en 1961 rompió con el sistema germano oriental escapando hacia la República Federal de Alemania, donde se radicó junto al Rin. Con ánimo provocador, bautizó de "Realismo capitalista" sus obras de ese período, satirizando el concepto del "realismo socialista" que había dejado atrás.
''Raya amarillaBildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: ''Raya amarilla" se llama esta pintura, fotografiada en Dresde.A partir de entonces se paseó por diversos estilos, creando cera de 2.500 piezas de arte, entre las que también se cuentan esculturas. Su asistente y luego biógrafo, Dietmar Elger, considera que sus obras más significativas son las pinturas realistas basadas en fotografías, realizadas entre 1962 y 1967, y el ciclo "18 de octubre de 1977", dedicado al tema del terrorismo de la Fracción del Ejército Rojo (RAF). Igualmente menciona los grandes cuadros abstractos que Richter comenzó a pintar a partir de 1976 y que constituyen buena parte de su obra.
Un regalo para Colonia
El renombre de Richter traspasó hace mucho las fronteras alemanas. Cinco años atrás, con motivo de su septuagésimo cumpleaños, el Museo de Arte Moderno de Nueva York organizó en su honor la mayor exposición individual que se haya dedicado a un artista.
Richter y su vitral para la catedral de Colonia.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Richter y su vitral para la catedral de Colonia. Richter vive desde hace tiempo en la ciudad de Colonia, que decidió otorgarle la distinción de Hijo Ilustre. El porincipal motivo: el maestro trabaja en un gigantesco vitral para la catedral de Colonia, que se espera esté listo en el curso del 2007. El mosaico, de 100 metros cuadrados, estará compuesto por 11.250 piezas de vidrio, en 72 tonalidades, y se lucirá en la nave lateral sur del majestuoso templo gótico, convirtiéndose de seguro en una nueva atracción de la metrópoli del Rin.
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